lunes, 17 de septiembre de 2012

Construyendo América Latina

INFORME | LA PLANIFICACIÓN ES FUNDAMENTAL PARA GARANTIZAR EL BIENESTAR. ESTE INFORME ANALIZA POR DENTRO EL ESTADO DE LAS PRINCIPALES URBES.

Cochabamba es una de las urbes usadas como modelo por el Programa de las Naciones Unidas para los Asentamientos Humanos, (ONU Hábitat), para demostrar que, mientras aumenta la inmigración de la población indígena en algunas ciudades, la población no indígena busca otras opciones dónde vivir, contrario a lo que sucede en la mayoría de ciudades centrales de la región. Este fenómeno forma parte de las características individuales de cada ciudad, que a la vez conforman un todo en la región.

El informe “Estado de las ciudades de América Latina y el Caribe 2012: Rumbo a una nueva transición urbana”, que muestra los principales aspectos de las ciudades de Latinoamérica y el Caribe, se ha publicado recientemente y ha sido cedido para su resumen en OH!

“La primera transición urbana en América Latina y el Caribe ha quedado completada. Ahora, con casi el 80% de su población viviendo en ciudades, es necesario cambiar el actual modelo de urbanización y plantearnos el nuevo reto de lograr centros urbanos más inclusivos, más sostenibles, con mayores espacios públicos y mejor pensados para las personas”, dice el Dr. Joan Clos, principal responsable de ONU Hábitat.

Cabe destacar que, de acuerdo a los resultados de este trabajo, si bien Bolivia ha avanzado en algunos aspectos, en otros muestra un preocupante rezago que la sitúa a la altura de Haití.

ENTRE LAS MÁS Y LAS MENOS

América Latina es la región más urbanizada del mundo, aunque también es una de las menos pobladas en relación a su territorio. Casi el 80% de su población vive actualmente en ciudades, una proporción superior incluso a la del grupo de países más desarrollados. El crecimiento demográfico y la urbanización, procesos que en el pasado fueron muy acelerados, han perdido fuerza. El número de ciudades se ha multiplicado por seis en cincuenta años. La mitad de la población urbana reside hoy en ciudades de menos de 500.000 habitantes y el 14% en las megaciudades (más de 222 millones en las primeras y 65 millones en las segundas). Los avances logrados en acceso a agua, saneamiento y otros servicios han aumentado el atractivo de las ciudades intermedias, lo que apunta a un mayor equilibrio del sistema de ciudades de los países.

El éxodo migratorio del campo a la ciudad ha perdido peso en la mayoría de los países. Las migraciones son ahora más complejas y se producen fundamentalmente entre ciudades, a veces traspasando las fronteras internacionales. La expansión urbana ha hecho que muchas ciudades desborden los límites administrativos de sus municipios y terminen absorbiendo físicamente otros núcleos urbanos en un proceso de conurbación. Una característica del fenómeno en la región es que el giro rural-urbano se produjo en menos de 40 años (1950-1990), con un ritmo tan acelerado que se ha podido calificar de “explosión urbana”.

Desde inicios del siglo pasado, la población de América Latina y el Caribe se ha multiplicado por ocho, pasando de 60 millones de habitantes a cerca de 588 millones en el 2013. La participación de la región en el total de población mundial es del 8,5%, una proporción que, según las proyecciones, disminuirá ligeramente hasta el año 2030.

Dentro de la región, la distribución demográfica es desigual. Se da una elevada concentración de población en dos países, México y Brasil, que suman más de la mitad de la población regional (18,5% y 33% de población respectivamente). Centroamérica y el Caribe representan, cada una, el 7% de los habitantes, mientras que el denominado Cono Sur reúne al 12% y los países del arco andino-ecuatorial el 22%. En promedio, en América Latina y el Caribe, hay proporcionalmente más personas de 15 a 64 años (65% de la población), que niños menores de 14 años (28%) y mayores de 65 años (7%).

Esa estructura de población, con más personas en edad productiva que dependiendo de ellas, hace que la región atraviese en la actualidad una coyuntura favorable para impulsar el desarrollo y destinar recursos financieros al ahorro y a la inversión pública en áreas sociales, incluida la lucha contra la pobreza. El fenómeno, conocido como bono demográfico, está lejos de ser homogéneo y, mientras en países como Cuba o Chile se acerca al final del período, en otros, como Guatemala, Paraguay o Bolivia, prácticamente acaba de comenzar.

LA POBLACIÓN

Después de México, los países de la región con mayor cantidad de emigrantes (en números absolutos) son en orden descendente: Colombia, Brasil, El Salvador, Cuba, Ecuador, Perú, República Dominicana, Haití y Jamaica. El caso de Brasil destaca porque, si bien es uno de los principales emisores latinoamericanos en cifras absolutas, los emigrantes brasileños son una porción muy pequeña de la población del país (apenas el 0,4%) y sus principales puntos de destino están fuera de la región (Estados Unidos, Japón y España).

Por su parte, los países de América Latina y el Caribe acogen a un total de 7,5 millones de inmigrantes internacionales (el 1,3% de la población regional), una cifra que, desde el año 2000, ha aumentado en 1 millón de personas, lo que refleja una mayor movilidad internacional. Argentina y Venezuela son los principales receptores de la región, con 1,4 y 1 millón de inmigrantes respectivamente (aproximadamente 3,5% de sus poblaciones). En cuanto a la posible relación entre las migraciones y la composición étnica en la región, los datos de las tres aglomeraciones principales de diez países muestran comportamientos migratorios similares entre la población indígena y no indígena en la mayoría de esas urbes, pero hay excepciones, como Asunción, Ciudad de México, Cochabamba, Guadalajara, La Paz y Tegucigalpa. Son ciudades en países con una alta proporción de población indígena, que, en el caso específico de Bolivia y México, reciben inmigrantes de este grupo de población al tiempo que pierden población no indígena.

SUELOS Y ESPECULACIÓN

Son muchas las ciudades de América Latina y el Caribe que tienen como esquema de expansión de sus periferias un modelo basado en la multiplicación de carreteras, centros comerciales y conjuntos habitacionales cerrados.

Es un modelo que responde de manera puntual a las múltiples demandas de los mercados inmobiliarios, sin que en ningún momento parezca haber una intervención consciente del poder público para crear estructuras urbanas que transciendan los proyectos inmobiliarios individuales. De esta forma, las áreas urbanas se expanden con viviendas, en el mejor de los casos dotados de infraestructuras y servicios, pero sin crear un verdadero tejido urbano interconectado.

Al expandirse sin visión integradora, las periferias pueden exacerbar la segregación y estigmatización socioespacial de las comunidades que las habitan. Las periferias pueden convertirse en trampas de pobreza para grupos de población que no logran aprovechar las ventajas que ofrece la urbanización. En la región es habitual la llamada especulación urbana.

En su búsqueda por mayores ganancias, propietarios de terrenos y desarrolladores inmobiliarios incorporan con sus proyectos de construcción nuevo suelo a la ciudad, aunque por su lejanía no cuenten con infraestructura y conectividad adecuadas o no se necesiten por existir suelo libre, mejor localizado, ya adecuado.

LA BOLSA

Las 40 ciudades principales de América Latina, producen anualmente un PIB de más de 842.000 millones de dólares. Se calcula que casi dos tercios del producto interno bruto de la región proceden de áreas urbanas, donde se concentran los servicios y la industria. Con el aumento de las migraciones, se ha multiplicado el flujo de remesas, que llega a representar más del 10% del PIB en varios países.

Desde 1970, el ingreso per cápita latinoamericano y caribeño casi se ha triplicado, aunque con amplias disparidades. Muchas ciudades tienen una renta por habitante mayor que el promedio de su respectivo país. La progresión de las tasas de urbanización ha sido constante en todos los países mientras que la evolución del ingreso por habitante ha sido más variable, pasando por ciclos y, en algún caso, por retrocesos.

Los países de América Latina y el Caribe han logrado avances considerables en la lucha contra la pobreza en los últimos 10 años. La proporción de población urbana pobre se ha reducido, pero, en números absolutos, las cifras siguen siendo muy altas. Aproximadamente 124 millones de habitantes de ciudades viven en la pobreza, o una de cada cuatro personas en áreas urbanas.

Además de la pobreza, la región sufre de un problema de inequidad grave y persistente. La desigualdad de ingreso es extremadamente elevada. Hay un déficit considerable de empleo y una abundante informalidad laboral, que se concentran en los jóvenes y las mujeres. La desigualdad se manifiesta en ciudades divididas social y espacialmente, pese a las múltiples oportunidades de desarrollo económico y social que ofrece la urbanización.

En 2009, el ingreso per cápita en la región promedio se situaba en 4.823 dólares, frente a una media mundial de 5.868 dólares. Esta cifra oculta amplias disparidades a todos los niveles, entre países, en su interior y en las mismas ciudades.

Los dos extremos de renta se encuentran en el Caribe.

En 2009, Antigua y Barbuda, un país con muy poca población cuya economía descansa fundamentalmente en el sector de servicios, tenía un PIB per cápita 27 veces superior al de Haití, que presenta el PIB por habitante más bajo de toda la región. En el Cono Sur, Argentina tiene una renta promedio por habitante siete veces más alta que Paraguay. Entre los países andinos, Venezuela casi quintuplica el ingreso per cápita de Bolivia. Y en Centroamérica, Panamá obtiene seis veces más PIB por habitante que Nicaragua, cuya economía todavía sufre el peso de la deuda externa.

LAS REMESAS

Un fenómeno importante para la economía de muchos países, vinculado al aumento de las migraciones transnacionales, es el flujo de remesas, que se han multiplicado por diez en los veinte últimos años. Según estimaciones del Fondo Multilateral de Inversiones, las transferencias de dinero de emigrantes sumaron casi 56.900 millones de dólares de los Estados Unidos en 2009 y 58.100 millones en 2010, una cifra que sería mayor si se tuvieran en cuenta las enviadas por canales informales.

De los datos estadísticos se desprenden grandes contrastes en las condiciones de vida de la población. Mientras que países como Argentina, Chile y Uruguay tienen una incidencia de pobreza nacional baja (inferior al 12% de la población), más de la mitad de los habitantes de Bolivia, Guatemala y Paraguay es pobre, y en Nicaragua y Honduras la tasa supera el 60%.

DESIGUALDAD

Además de la pobreza, el principal problema que afronta América Latina y el Caribe es la desigualdad. La región está considerada la más desigual del mundo Es una desigualdad patente principalmente en la distribución de la renta, pero también en el hábitat, el acceso a bienes y servicios (de educación, salud, financiamiento, etc.), a oportunidades de empleo, al patrimonio, y al espacio público, entre otros factores que determinan el bienestar del individuo.

En la región, el 20% de población más rica tiene en promedio un ingreso per cápita casi 20 veces superior al ingreso del 20% más pobre. No obstante, las diferencias son considerables y, mientras en Venezuela y Uruguay, que son los menos inequitativos de la región, la diferencia de ingreso entre el quintil más rico y el más pobre no supera las diez veces, en los países con mayor desigualdad puede exceder las 30.

En la región, los países más desiguales por la distribución de la renta son (ordenados de mayor a menor coeficiente) Guatemala, Honduras, Colombia, Brasil, República Dominicana y Bolivia.

LOS MOTORES

La industria y, sobre todo, el sector de servicios son, en la actualidad, los motores económicos de las ciudades. El predominio de los servicios se refleja en la composición de su fuerza laboral. En promedio, un 70% de la población urbana ocupada de América Latina y el Caribe trabaja en este sector y el 24% lo hace en el área industrial.

Entre los trabajadores urbanos, 128 millones son hombres (57%) y 95 millones mujeres (43%), lo que representa un incremento de la fuerza laboral femenina de 7 puntos porcentuales respecto a 1990, una tendencia que debería continuar en las próximas décadas. La mayoría de ellos trabaja en el sector informal.

La Organización Internacional del Trabajo (OIT) considera el empleo informal urbano como el integrado por los trabajadores por cuenta propia (excluidas las profesiones liberales), los ocupados en microempresas de cinco o menos personas, los trabajadores miembros de la familia no remunerados y el servicio doméstico.

LA MAYOR DELINCUENCIA

En el mundo, los niveles más altos de homicidios aparecen asociados a un bajo desarrollo humano y económico, y a grandes disparidades de ingreso entre la población. En su conjunto, América Latina y el Caribe es la región que presenta la tasa de homicidios más elevada del mundo (más de 20 por cada 100.000 habitantes), situándose muy por encima del promedio mundial (7 por cada 100.000 habitantes). La violencia no afecta de la misma manera a todas las zonas de la ciudad, ni a todas las ciudades. Si se compara la exposición a la violencia entre una ciudad y su país, no es posible identificar patrones generales. Existen ciudades que presentan una alta concentración de homicidios en relación a sus países, como ocurre en Caracas, Ciudad de Guatemala o Ciudad de Belice, y otras que tienen la situación opuesta, aunque con mucha menos diferencia entre la tasa nacional y local.

Entre 2004 y 2009, de los 25 países con mayores tasas de feminicidio en el mundo 13 estaban en la región, estos son en orden descendente Jamaica, Guatemala, Guyana, Honduras, Colombia, Bolivia, Bahamas, Venezuela, Belice, Brasil, Ecuador, y República Dominicana.





EN CIFRAS LATINOAMÉRICA



80% de la población de América Latina y el Caribe vive en ciudades.

40 años tardó en producirce el giro rural-urbano

+ del 50% de la población regional está concentrada en México y Brasil

65% de la población en América Latina y el Caribe tiene entre 15 a 64 años de edad

7,5 millones de inmigrantes acoje América Latina y el Caribe (1,3% de la población regional)

42.000 millones de dólares es el PIB que producen anualmente las 40 ciudades principales de América Latina

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