jueves, 8 de agosto de 2013

Tienen techo, pero exigen que la Alcaldía pague por área deslizada



En 2010, el Gobierno y la Alcaldía paceña entregaron departamentos a damnificados por el deslizamiento en Retamani I y II, pero 74 beneficiados se niegan a entregar los títulos de propiedad de sus predios deslizados y exigen que la Alcaldía los expropie y les pague por ellos.

“Es propiedad privada y hemos puesto un letrero que lo indica. Si quieren quitarnos, tendrán que expropiarnos. Nosotros somos los dueños de esos terrenos”, dijo ayer a este diario el dirigente Wilfredo Camacho.

Fernando Velásquez, director Jurídico del Gobierno Municipal de La Paz, advirtió de que el beneficiario que desee quedarse con su terreno debe devolver el apartamento. “Se les ha dado en compensación un departamento, consideramos que no fue un acto de donación. Tiene que tener un margen de contraprestación, ellos no han pagado nada. Consideramos que los que no quieran transferir sus derechos, devolverán el departamento”, agregó.

La Urbanización Bicentenario fue financiada por el Gobierno a través del programa Bolivia Cambia, Evo Cumple, y por la Alcaldía. En el proyecto se invirtieron Bs 13,9 millones, de los cuales Bs 8,3 millones fueron financiados por el Gobierno nacional y Bs 5,5 por el gobierno local, que entregó el terreno y ejecutó obras complementarias.

Cuestionamientos. Hoy, los damnificados por estos deslizamientos —ocurridos en septiembre de 2007 y febrero de 2009— viven en la Urbanización Bicentenario, situada en Bajo San Isidro. La infraestructura fue entregada en noviembre de 2010 y cuenta con 85 departamentos, divididos en nueve bloques. A cambio de recibir un departamento, los afectados se comprometieron a entregar el terreno deslizado, que no volverá a ser habitado y donde la administración edil tiene pensado habilitar áreas verdes.

Sin embargo, 74 familias se niegan a hacerlo y alegan cinco razones: la primera: que los departamentos —construidos sobre 70 metros cuadrados— no compensan los 150, 200 y hasta 300 metros cuadrados que tenían sus casas. Sin embargo, en su momento la Alcaldía dijo que eran construcciones ilegales.

La segunda: que hay dueños que tenían inmuebles con más de cuatro pisos. La tercera: que desde la entrega de los departamentos no les dan los títulos de propiedad, aunque esto está condicionado a que ellos entreguen a su vez los títulos de los predios destruidos en Retamani I y II.

“No sabemos si somos inquilinos, arrimados o dueños porque no tenemos papeles”, dijo Camacho. “Estamos esperando que la Asamblea Legislativa Plurinacional apruebe el proyecto de ley (de transferencia de predios de propiedad municipal) y vamos a comenzar a emitir las minutas”, explicó el asesor jurídico edil.

La cuarta: que se sienten discriminados porque a 20 arrendatarios también se les dio techo. “Se les ha dado apartamento a los inquilinos y ellos no tienen terrenos que ceder”, protestó el dirigente. La quinta: que continúan pagando impuestos como si sus viviendas no se hubieran desmoronado.

“No vamos a seguir cobrando por algo que ya no existe. Lo que corresponde es que den de baja sus inmuebles y hay damnificados que lo han hecho, nosotros aceptamos la baja y ahí se suspende el pago de impuestos”, replicó Ronald Cortez, director edil de Administración tributaria.

“Se les ha comunicado por todos los medios, incluso hemos publicado una resolución administrativa que establece que por causa de desastre se pueden dar de baja todos los inmuebles”, añadió al señalar que los dirigentes están mal informados.

“Retamani no va a volver a tener administración con uso habitacional, no vamos a dar curso a edificaciones ni construcciones”, recalcó. En caso de que los beneficiados persistan en reclamar la propiedad de sus lotes y sigan habitando en los departamentos, tendrán que comprarlos, advirtió Cortez. Camacho calculó que cada uno no cuesta más de $us 15.000.

Vecinos denuncian rajaduras

Bicentenario

Beneficiados con un departamento en la Urbanización Bicentenario mostraron preocupación porque sus viviendas tienen fisuras y el piso, desniveles. “Desde el año pasado se presenta esto, vino la Alcaldía pero sólo masillaron (las fisuras)”, indicó el dirigente Wilfredo Camacho. La Razón visitó este lugar y pudo observar rajaduras, que según la Alcaldía se debe al asentamiento de los bloques.

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