SÍMBOLOS | LOS MONUMENTOS DEL PROCESO DE CAMBIO SE ERIGEN EN LA SEDE DE GOBIERNO Y SE SUMAN A LOS CONSTRUIDOS DURANTE LA BONANZA DE LOS 70. ARTICULAN UNA VIRTUAL VÍA DEL PODER QUE SE ELEVA POR SOBRE TODA LA HOYADA. CUATRO EDIFICACIONES COSTARÁN MÁS DE 100 MILLONES DE DÓLARES.
Cuatro estacas monumentales asientan más la sede del poder boliviano. Son los nuevos edificios, los nuevos palacios, que albergarán a las personalidades más influyentes de la política y la economía del Estado Plurinacional quién sabe durante cuántas décadas. Ahora la infraestructura del eje del poder boliviano se asentará en seis imponentes rascacielos, si recordamos otro par monumental erigido en los años 70-80, tiempos de otra bonanza.
La lista de novedades arquitectónicas inscribe al nudo de las decisiones y definiciones políticas: nuevo Palacio de Gobierno, nuevo Palacio Legislativo, nuevo Ministerio de Finanzas y nuevo edificio de Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB).
El solo esqueleto del nuevo Palacio de Gobierno, denominado “Casa Grande del Pueblo”, ya es otro eje de referencia de la ciudad de La Paz. La plaza Murillo se encuentra a mayor altura que las zonas donde se han construido la mayoría de los rascacielos paceños. Por ello, sus 20 pisos ya consolidados -serán 25 más tres sótanos y un piso de ventilación- destacan sobre el resto.
La construcción de la Casa Grande del Pueblo se alza sobre una superficie de 31.792 metros cuadrados. Tendrá formas inspiradas en la volumetría de los centros ceremoniales de la ciudadela prehispánica de Tiwanaku.
De los 29 niveles que tendrá el nuevo palacio, 23 estarán destinados a despachos, salas de reuniones, oficinas, auditorios, parqueo presidencial y al helipuerto. Quién sabe bajo qué sentimientos de complacencia, envanecimiento, angustia y hasta desesperación, lo cierto es que los mandatarios que usen este espacio tendrán una de las vistas más privilegiadas de La Paz.
Las estructuras del edificio se hallarán colmadas de símbolos de la cosmovisión andina. Se reparte, por ejemplo, en tres volúmenes que representan al cielo (alaj pacha), la tierra (aka pacha) y el infierno (manka pacha). Sin duda, las mieles, pasiones y agruras del poder sabrán encarnarlos debidamente. También destacan salas de reuniones presidenciales de marcado homenaje a la Madre Tierra: sala parque Madidi, sala Uyuni, sala Titicaca y sala Illimani, ésta con vista directa al coloso andino. Seguramente resultarán un particular recuerdo de preservación o de ecocidio para quienes gobiernen en el futuro el país.
Dentro del conjunto destaca también un auditorio con capacidad para 1.012 personas. Un piso estará destinado a la prensa, dos mezanines servirán para audiencias con el público y en cuatro pisos funcionará el Ministerio de la Presidencia.
El costo de este palacio llega a 252,4 millones de bolivianos (36,6 millones de dólares), aportados por el Tesoro General de la Nación (TGN).
UN CUBO DE 20 PISOS
A menos de 100 metros de la “Casa Grande” ya se acomodan los cimentos de lo que constituirá el epicentro de los grandes debates nacionales. Se ha anunciado que, gracias a modernas técnicas de construcción, sus 20 pisos (más cinco sótanos) se elevarán con mayor velocidad que las acostumbradas en esta urbe. Se ha diseñado la construcción de nuevos hemiciclos, salas especiales para interpelaciones y comisiones además de modernos archivos. Por fuera destacará como un portentoso cubo ubicado detrás del actual palacio legislativo y en todo su frontis habrá sido grabado el escudo boliviano.
Será así como el conjunto de estas nuevas construcciones estatales un edificio inteligente, lo que se espera inspire a quienes lo vayan a ocupar. Por esa razón, destacan en su infraestructura el uso de paneles solares, ascensores de alta velocidad y sofisticados sistemas de seguridad. Además presentará como particularidad jardines interiores y exteriores. Este palacio será edificado en una superficie de 40 mil metros cuadrados.
El costo de la primera fase de la obra, el edificio en sí, alcanzará a 189,9 millones de bolivianos (27, 5 millones de dólares). Las autoridades legislativas han remarcado que 95 de esos millones corresponden a fondos propios del Congreso, el resto provendrá del TGN.
PARA PENSAR EN EL GAS Y EL DINERO
A 500 metros de la plaza Murillo, ya ingresando prácticamente a los retoques y ambientación, se encuentra la construcción de los nuevos símbolos del poder económico boliviano: el nuevo Ministerio de Economía y Finanzas y la sede de YPFB. El primero tiene 20 pisos más dos sótanos y se encuentra en la fase final de la obra fina. Tan fina que un par de funcionarias quisieron rubricarla con la específica compra de alfombras persas, lo que desató un sonado escándalo. No se ha precisado la fecha de entrega de la moderna edificación.
Se ha informado que costará 98 millones de bolivianos (14,2 millones de dólares). De ambientes esencialmente burocráticos, relieva que contará con un sistema de climatización y modernos sistemas de ascensores.
Por su parte, avanza la obra fina del nuevo edificio corporativo de Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos. La estructura presenta 16 pisos y tres sótanos. Su costo llega a los 66,4 millones de bolivianos (9,63 millones de dólares).
El edificio contará con subniveles de 40 parqueos, depósitos, servicios, archivo central, un centro de procesamiento de datos. Tendrá también un auditorio principal con capacidad de 464 personas, un comedor, ambientes de capacitación, entre otros espacios. Entre los pisos cinco y doce se ubicarán las oficinas. Los últimos tres niveles del edificio albergarán a los responsables de la mayor empresa del país: el Directorio, las vicepresidencias y la Presidencia Ejecutiva. Dadas las actuales condiciones del negocio gasífero y la economía nacional, es seguro que en esas tres plantas se cavilen definiciones clave de la década.
LA VÍA DEL PODER EN LA PAZ
Tanto el nuevo edificio ministerial como la futura sede de YPFB se hallan en el célebre paseo del Prado. Remarcan así la virtual avenida del poder boliviano que cruza el centro paceño. Ésta empieza a altura de la colonial plaza Isabel la Católica, en cuyas proximidades se hallan los ministerios de Defensa y Gobierno. La vía continúa a lo largo de la avenida Arce y el Prado. Allí se entremezclan vetustos y despintados edificios ministeriales de entre tres y ocho plantas, por ejemplo, los de Educación, Justicia y Salud más otras dependencias secundarias.
La ruta llega hasta el obelisco, donde se halla el portentoso Palacio de las Comunicaciones que alberga seis ministerios. Luego tuerce por la calle Ayacucho, donde se halla el también portentoso edificio del Banco Central de Bolivia (BCB). Estas dos construcciones fueron iniciadas por el dictador Banzer y hasta hoy constituyeron las mayores obras edificadas para el aparato estatal. A partir del BCB –ubicado frente al señorial edificio de la Vicepresidencia- la Ayacucho se transforma en pendiente que sube hacia las cimas del poder. Más de un burócrata la ha recorrido pacientemente a través de varios escritorios.
Pero lo cierto es que las nuevas cuatro megaobras ahora marcarán vertiginosa y literalmente ese ascenso. El hasta hace una semana ministro de la Presidencia, Juan Ramón Quintana, definió su valor ante los medios hace tres meses: “Cada época crea sus símbolos, cada ciclo histórico crea sus símbolos. Era importante que nuestro proceso de cambio forjara su símbolo arquitectónico y hoy la Casa Grande del Pueblo será un símbolo del proceso de cambio”.
El vicepresidente Álvaro García Linera, en el acto de inicio de obras del nuevo legislativo, recordó que el actual edificio fue construido hace 100 años. Comparó las dimensiones de aquel y el actual Estado así como las poblaciones respectivas del país. El ministro de Finanzas, Luis Arce, recordó los gastos de alquiler que enfrenta el Gobierno para dar ambiente a diversas dependencias. Así justificaron el emprendimiento de edificios y palacios y sus más de cien millones de dólares de costo, si prevemos la segunda etapa del Congreso.
Se espera inaugurar las cuatro edificaciones entre mediados de este año y principios de 2019. Sin duda serán momentos de impacto en los que mandatarios y asambleístas suban a las azoteas de semejantes monumentos. Tendrán a ojos vista entonces un vasto panorama de las edificaciones de la hoyada paceña. Desde esas alturas podrán ver, por ejemplo, la miraflorina zona de los hospitales públicos. Alguno de ellos, como el hospital Obrero o el popular hospital General, con más de 100 años de antigüedad. Símbolos persistentes, eso sí no muy edificantes, de otros tiempos, de otras bonanzas y también de otros gobiernos. Paradojas de la sede de gobierno y sus edificios del poder.
(Con datos de La Razón, ANF, Ministerio de Obras Públicas y Página Siete)
"Quién sabe bajo qué sentimientos de complacencia, envanecimiento, angustia y hasta desesperación, lo cierto es que los mandatarios que usen este espacio tendrán una de las vistas más privilegiadas de La Paz"
"Avanza la obra fina del nuevo edificio corporativo de Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos. La estructura presenta 16 pisos y tres sótanos. Su costo llega a los 66,4 millones de bolivianos"
"Tanto el nuevo edificio ministerial como la futura sede de YPFB se hallan en el célebre paseo del Prado. Remarcan así la virtual avenida del poder boliviano que cruza el centro paceño"
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