El paisaje urbano de Cochabamba cambió de manera trascendental durante la última década. Donde estaban construidos chalets de dos pisos con espaciosos jardines, fueron erigidos edificios de más de diez pisos, principalmente, habitacionales, comerciales y destinados a oficinas.
Este panorama puede transformarse aún más porque la Alcaldía prepara una norma para autorizar la edificación de infraestructuras de hasta 50 pisos. Actualmente, rige la normativa urbana de 1991 que señala que las edificaciones deben tener una altura máxima de 14 plantas.
Se trata del Código Urbano Municipal que pretender ser entregado oficialmente en septiembre de este año. El director de Planificación Estratégica de la Alcaldía de Cochabamba, Jhon Mendoza García, explicó que uno de los principales cambios incorporados en la normativa es el aumento de la altura de los edificios.
La decisión responde al crecimiento del rubro de la construcción. De acuerdo a información del Instituto Nacional de Estadística (INE), desde el 2010 hasta el 2016 se han construido en la Llajta cerca de 5 millones de metros cuadrados. El boom comenzó en 2010 y 2011, cuando la Alcaldía de Cochabamba aprobó la edificación de 1.7 millones de metros cuadrados.
Otra de las razones señaladas por autoridad es la necesidad de frenar nuevas urbanizaciones en áreas periurbanas donde aún no se cuenta con la regularización de los terrenos. Dijo que, por ejemplo, en el sur de la ciudad, se instalaron las viviendas de modo caótico y desordenado.
La posibilidad de que los edificios crezcan fomenta la pujanza de una ciudad. “Y esa es la imagen que se quiere proyectar”.
Se pretende fomentar el desarrollo económico. “Cochabamba ha quedado relegada porque somos muy conservadores con la norma, queriendo cuidar una ciudad aldea cuando en realidad ya somos metrópoli”.
La urbanización se expandió de tal manera que no se perciben los límites con los municipios vecinos. Cochabamba sería la “punta de lanza de la actualización de la normativa”.
Mendoza aclaró que la calidad del suelo de la ciudad tiene las características necesarias para garantizar la estabilidad de las obras. Habló de la situación de Santa Cruz que tiene terrenos “difíciles” donde ya se construyen obras de 46 plantas.
La altura de los proyectos dependerá de criterios como el tamaño del lote, la ubicación y el ancho de la calle o avenida sobre la que será emplazada.
El Código Urbano es un instrumento de planificación con el que no contaba la Alcaldía.
Mendoza destacó el trabajo de los técnicos para modificar la normativa que está vigente tiene cerca de 30 años. A lo largo de este tiempo solo se realizaron modificaciones parciales para responder a necesidades concretas.
Sobre la zona sur, aclaró que se deben realizar estudios serios para establecer en qué zonas sería posible autorizar las construcciones de crecimiento vertical. Muchas áreas son catalogadas agrícolas, pero los planos reflejan que la zona productiva es reducida.
El presidente del Colegio de Arquitectos de Cochabamba, Rafael Sainz, calificó de positiva la modificación a las normas vigentes porque el ámbito de la construcción es dinámico. Sin embargo, dijo que no conoce la propuesta municipal. “Es un tema que se maneja con mucho hermetismo”.
El gerente general de la Cámara de la Construcción de Cochabamba, Marcelo Vargas, indicó que la demanda de las viviendas no disminuye debido a que muchas familias están buscando hacerse de un techo propio.
La regularización en el sur
Para poner en vigencia el nuevo Código Urbano Municipal, es fundamental regularizar las viviendas y lotes. El director de Planificación de la Alcaldía, Jhon Mendoza García, explicó que se ha elaborado un proyecto de ley que se encuentra en el Concejo Municipal.
La reglamentación establece un periodo de tiempo para proceder al ingreso del trámite.
La nueva norma estará destinada a regularizar las edificaciones fuera de norma y lotes que cuenten con planimetrías dentro la mancha urbana, pero que aún no están registrados en el sistema catastral de la Alcaldía.
La nueva norma diferenciará las construcciones en viviendas económicas, casas precarias y edificaciones comerciales.
Con la nueva norma el Municipio pretende regularizar al menos 30.000 predios y edificaciones. Unos 20.000 corresponden a propiedades en los distritos 8, 9 y 14 que no están en el catastro. Mendoza mencionó la tributación como un beneficio.
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