martes, 15 de mayo de 2018

Tercer Concurso Internacional de Proyectos de Desarrollo Urbano e Inclusión Social CAF (2013)

Primer lugar: “Mapocho Pedaleable”


El jurado destacó la relativa economía de recursos del proyecto que logra beneficiar a una población importante con pocos recursos y donde el mayor reto pasa a ser más bien la coordinación y gestión de varios municipios y actores. También se valora el alto nivel de diseño que caracteriza la propuesta. Igualmente, se destaca del proyecto su capacidad de integrar naturaleza y ciudad, infraestructura y paisaje, en un proyecto audaz y efectivo de amplio efecto. El proyecto se inserta en un lugar precario de la ciudad de Santiago en Chile y aprovecha el potencial de una infraestructura concebida únicamente para resolver las crecidas del Rio Mapocho transformándolo en eje de movilidad como biciruta. De esta forma la ciudad goza de una nueva conexión intercomunal que permite una mayor integración social y física de diversos sectores de la ciudad. Es una intervención modesta de adecuación física que genera un alto impacto urbano. Una serie de actividades complementarias al proyecto como la programación de eventos, la movilización de gente de distintos grupos etareos y la posibilidad de confirmar en torno al proyecto una organización de tipo ONG, fundación u otra, para la recaudación de fondos incrementan la factibilidad de que el proyecto tenga continuidad y alcance independientemente de la contingencia económica o política. Se destaca también la adaptabilidad de la infraestructura diseñada a las inclemencias del clima, contemplando las crecientes y anticipándose con estructuras plegables para esta eventualidad.


Segundo lugar: “Guadua Activa: Plantación de Caña Guadua, Formación de la población y Construcción una Escuela-Taller”


El jurado destacó la ingeniosidad del planteamiento social de la propuesta que explora el rol de la arquitectura en la educación y creación del sentido de comunidad. La educación tiene la capacidad de transformar conflictos en oportunidades, del mismo modo que la arquitectura puede actuar como catalizador de esas oportunidades. En este caso el calce entre el programa social y la forma propuesta demuestra gran coherencia. El jurado destaca además el valor de la propuesta como solución adecuada y adaptable a los contextos urbanos de Latinoamérica de mediana y pequeña escala con tecnologías apropiadas de los habitantes de un lugar. El proyecto se fortalece por su conexión con la universidad y la academia que se involucra en soluciones aplicables para una determinada comunidad. También se valora el enfoque que tiene hacia la gente local que goza de la oportunidad de involucrarse en la creación y operación de la Escuela Taller de manera organizada a través de varias organizaciones comunitarias y sus líderes y de poner en práctica sus talentos de artesanía y su cultura en general. Se deduce la posibilidad de que esta actividad y metodología sean replicadas en cualquier región de condiciones similares con comunidades de pequeña escala a lo largo de todos los países latinoamericanos. El jurado también resalta la calidad de diseño de la propuesta.

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