El proyecto del nuevo código de urbanismo y obras apunta a una ciudad con más edificios y mejores sistemas de control en las construcciones.
El caos y el costo socioeconómico generado por el crecimiento desmesurado de la mancha urbana, más el desplome del edificio Málaga, son dos aspectos que marcaron la reflexión y los aportes para la revisión del Código de Urbanismo de 1991, todavía vigente, y que ha dado paso al proyecto de un nuevo código que está listo.
Carlos Alberto Ibáñez, miembro de la comisión que representa al Colegio de Arquitectos, explicó que el nuevo código incorporó, entre otras, la ordenanza municipal 052/2010 incentivando la densificación de la ciudad, con el objetivo de optimizar los servicios y reducir los costos de vivir en una ciudad tan extensa.
En ese marco, se mantendrá el retiro de los cinco metros de frente (para conservar la imagen de ciudad jardín), incluso para los edificios, independientemente de su altura, a diferencia del código actual, el cual, por ejemplo, para una construcción de 10 pisos exige entre 7 y 8 metros de retiro.
“Esta modificación permitirá a los proyectistas una mayor dotación de metros cuadrados útiles”, explicó y puso como ejemplo que el índice de ocupación de 2,5 puede pasar a 3, eso significa que el dueño puede aprovechar más metros cuadrados de su terreno. La altura de los edificios está determinada por la cantidad de metros cuadrados del terreno, de acuerdo con la zona y el ancho de la calle.
Ibáñez aclaró que la ciudad estará zonificada y que el centro histórico seguirá siendo un espacio con las características que señala su reglamento especial (que no fue modificado), pues contempla las galerías y la prohibición de edificios, con el fin de preservar las construcciones históricas.
Otro tema son los estacionamientos. Según Ibáñez, el código de 1991 los contempla, pero da lugar a diferentes interpretaciones. En cambio, en el nuevo código la cantidad de estacionamientos ha sido establecida de acuerdo con los tipos de actividades aprobadas para cada construcción.
María del Carmen Cadierno, responsable del equipo técnico de revisión del código, dependiente de la Oficialía Mayor de Planificación, explicó en días pasados que la norma tiene tres tomos: procedimientos, urbanismo y edificación, y se rige por los principios de “seguridad integral de las personas, seguridad jurídica, preservación y protección del medioambiente, transparencia, celeridad y eficiencia administrativa, interés colectivo, igualdad y legalidad”. También se rescata la creación de la Comisión Permanente de Revisión del Código, con participación de la sociedad y profesionales para que esta norma no quede desactualizada.
El ex oficial mayor de Planificación y arquitecto Álvaro Mier, que también participó en la comisión revisora, destacó la modernización de aspectos técnicos de la edificación como los sistemas de ventilación, ascensores y métodos de cálculo de estacionamientos, entre otros.
Asimismo, destaca la inclusión de temas ambientales y de seguridad industrial, además de la definición de las responsabilidades y obligaciones al momento de construir, tanto para el propietario como para los proyectistas, fiscales de obras, contratistas, director y supervisores de obra. Mier ponderó la adopción de normas bolivianas e internacionales y la definición de plazos concretos para la otorgación de licencias de construcción y urbanización y otros aspectos técnicos menores que daban pie a “interpretaciones diferentes y discrecionales”.
Sobre la mezcla de bares, comercios, industrias, depósitos y otras edificaciones en la ciudad, Mier aclaró que tanto el actual código vigente desde 1991 como el proyecto del nuevo establecen claramente las restricciones de actividades de acuerdo con los usos compatibles según el grado de molestia que generan. “Lo que se ha hecho es revisar, mejorar y aclarar, y depende del control de la gestión administrativa para que se aplique como debe ser. Lo mismo vale para el control de las edificaciones”, explicó.
El proyecto del nuevo código ya fue consensuado por la comisión y el oficial mayor de Planificación deberá pasarlo al Concejo Municipal. También son parte de la comisión Sibele Ortiz, Claudia Canedo y Luis Fernando Ortiz, por el Concejo Municipal; Edmundo Farah, Luis Mariano Zambrana y Alberto Rivera por el gobierno municipal; Vanessa Méndez, Ruví Suárez y César Morón; Rim Safar y María Ernestina Costas, por el Colegio de Arquitectos; Rodolfo Weise y Luis Soliz, por la Sociedad de Ingenieros de Bolivia; Rómulo López y Luis Fernando Balcázar, por el Colegio de Ingenieros Civiles; y arquitectos invitados.
Contenidos del código
Tomo 1
Procedimientos:administrativos
Establece el objeto y alcance del código. Participación social e institucional. Procedimientos administrativos de las urbanizaciones (registro topográfico y los requisitos). Procedimientos administrativos de la licencia de construcción. Etapas y requisitos de presentación de proyectos. Tiempo destinado a la aprobación del proyecto. Inspecciones municipales. Certificado Habítese. Contravenciones y sanciones. Responsabilidades legales. Agentes participantes en el proceso de edificación. Procesos de fiscalización y control de la obra.
Tomo 2
Urbanismo: planificación urbana
Marco jurídico y aplicación de la planificación. Zonificación urbana. Zonificación primaria y secundaria que contempla 10 tipos de zonas (central, intermedia, habitacionales, recreacional y turismo, industriales, entre otras). Bienes de dominio público. Áreas municipales de protección ecológica. Urbanizaciones. Normas y directrices ambientales. De los lotes (tamaños de lotes, según zonas). Usos de suelo. Clasificación y normas generales de los usos de suelo. Comercio. Servicios, Industrias. Normas para depósitos.
Tomo 3
Edificaciones:principios y requisitos
Principios de seguridad, funcionalidad, habitabilidad y medioambientales. Normas de la edificación en relación con la vía pública o tejido urbano. Línea municipal y línea de construcción. Del nivel, de las ochavas, de los predios no edificados. Restricciones a la edificación en el retiro frontal obligatorio. Normas de edificación, según las zonas urbanas. Restricciones en el centro histórico. Normas comunes a toda edificación. Normas de edificación, según tipologías funcionales (viviendas, uso educacional, iglesias, mercados y otros).
Crean más instancias para supervisar obras
El desplome del edificio Málaga, en enero de 2011, provocó que la Sociedad de Ingenieros apruebe un nuevo reglamento de control y aprobación de estructuras, cuyos conceptos fueron incorporados ahora en el proyecto del nuevo código de urbanismo y obras.
Así lo confirmó Marcelo Iriarte, miembro de la comisión revisora del código. “Se estaban haciendo mal varias cosas. Como ingenieros civiles solo estábamos sellando y verificando que quien hubiera hecho el cálculo de una obra fuera un profesional vigente y con licencia al día. Hoy eso cambia, también se exige documentación (memorias descriptivas, plazos, estudios de suelo) y queda una copia en la sociedad sobre la cual se hace una leve verificación a partir de algunos parámetros”, explicó.
Por ejemplo, agregó, la dimensión de las columnas ahora no puede ser menor a 20 centímetros si son cuadradas y 30 centímetros si son circulares.
Según Rolando Schrupp, que también participó de la comisión cuando era presidente de la Cámara de la Construcción, se trató de modernizar el código con respecto a ejes de seguridad, calidad y responsabilidad. Para ello se emuló lo que sucede con las obras públicas, donde son actores independientes y diferentes los que actúan sobre ellas. Se separó el diseño de la construcción, y la fiscalización y supervisión. “Es una suerte de control cruzado en beneficio del dueño del proyecto y garantizando una responsabilidad compartida a la hora de la toma de decisiones”, dijo.
Uno de esos actores será el Tribunal de Apelaciones, que estará conformado por la Alcaldía y la sociedad civil, y que tendrá como función fiscalizar y revisar los procesos de aprobación de los proyectos y trámites. “Este es uno de los grandes problemas actuales, ya que el municipio es juez y parte a la hora de emitir criterios de aprobación”, puntualizó.
El ingeniero Iriarte explicó que también se exigirá que en una obra no solo haya un supervisor responsable, que podía ser el mismo calculista, como en el caso del Málaga, sino que adicionalmente el dueño contrate un ingeniero que también se responsabilice de la obra. “Es lo mismo que hace el Estado, contrata un constructor y un supervisor”, agregó.
Según Iriarte, el nuevo código también hace alusión a las normas del Instituto Boliviano de Normalización y Calidad (Ibnorca) y de la Sociedad de Ingenieros.
El ingeniero consideró que para que el nuevo código sea implementado debe ir acompañado de más personal en el Plan Regulador, además de una “policía municipal” más fuerte para hacer frente a los infractores.
«Se fracciona mucho la mancha urbana»
Sergio Antelo / Proyectista del código de 1991
- Usted fue el proyectista del actual Código de Urbanismo hace 21 años, ¿cómo evalúa su aplicación?
- Lo primero que hizo el Plan Regulador fue desconocerlo. Me costó muelas para que sea aceptado, desde el Concejo empezó la maquinación para tornarlo inviable. Lo primero que hicieron fue eliminar la Comisión Permanente del Código, que debía actualizar e incorporar adendas. Con eso congelaron el código y comenzaron a aplicar la vieja lógica de emitir ordenanzas para todo.
El segundo paso para liquidarlo fue eliminar la Junta de Control de Construcciones. Por eso se aprueban los proyectos, pero sin verificar la construcción.
- ¿Santa Cruz crece sin control?
- Santa Cruz es una de las ciudades más extensas del mundo, abarca 45.000 hectáreas, eso encarece los servicios y el transporte, y la gente pierde mucho tiempo en trasladarse de un punto a otro.
Con el artículo 391 yo quise densificar la ciudad, por eso la altura de los edificios no era predeterminada, solo puse fórmulas para los retiros en proporción del terreno. Ahora se cambió esto por el viejo sistema implantado por el Plan Techint de los años 60; es una regresión.
- Usted, que ha sido parte de la comisión revisora del actual código, ¿por qué dice que se retrocedió?
- Hay una tendencia a fraccionar la ciudad en mil sectores diferentes, cuanto más se divide, más compleja se hace la aplicación de las normas. Estas tienen que ser más universales.
El nuevo código plantea una ciudad dividida en zonas y subzonas con normativas particulares y para mí solo eran dos: el centro histórico y el resto, la ciudad.
- ¿Ve algunos riesgos con el nuevo código?
- Se van a repetir los errores. Mi idea era uniformar la ciudad, que se pueda construir edificios de gran altura en cualquier lugar; en cambio, ahora solo se lo puede hacer sobre avenidas, confiriendo a estas rutas una mayor jerarquía. Con eso se pretende evitar edificios sobre calles para no congestionar, supuestamente, el tráfico de vehículos. Pero va a ocurrir lo opuesto. Porque en una avenida de por sí hay más tráfico.
- Entonces, ¿cómo evalúa el trabajo de revisión?
- Gran parte de lo antiguo se ha rescatado, pero el problema central es el excesivo fraccionamiento y el hecho de haber omitido el sistema metropolitano que fue entregado al Concejo Municipal en 1997. Yo insistí en que el nuevo código se aplique en una escala metropolitana y para ello era necesario ponerse de acuerdo para que se lo aplique en Santa Cruz y en los municipios aledaños, pero como eso requiere de gestión política y un esfuerzo intelectual, no se lo hace.
- ¿Cree que el gobierno municipal podrá aplicar el nuevo código a través del Plan Regulador?
- En Santa Cruz hay dos instituciones con categoría africana que no responden a nada: la Policía y el Plan Regulador. Este último es el patio trasero del gobierno municipal, cuando debería ser el principal edificio. Cada año se aprueban unos 300.000 metros cuadrados de construcción, eso significa unos $us 100 millones y 100.000 empleos directos e indirectos.
La cifra
24
Esta fecha, en enero de 2011, se desplomó el Málaga, marcando un hito en la construcción
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