El miedo a tropezar con un inquilino moroso inquieta cada vez más a los arrendadores. Y no es de extrañar. Según el VII Estudio del Fichero de Inquilinos Morosos (FIM), los impagos de arrendatarios crecieron un 11,9% en 2014 en España -un 16,8% en la Comunidad de Madrid-. Con este panorama, se torna casi imprescindible la contratación de un servicio profesional. No obstante, los propietarios reticentes a confiar sus pisos a expertos en el sector deben tener en cuenta varias claves para evitar el problema de la morosidad.
· Precio adecuado. Una renta alta (desfasada) hará más difícil dar con un inquilino y si éste llega existe el riesgo de que no tenga intención de pagar. "Sólo un profesional puede ayudar a fijar el precio técnico, analizando todas las variables del mercado en cada zona", explica David Caraballo, director comercial de Alquiler Seguro.
· Comprobar historial. El FIM registra los impagos en los arrendamientos urbanos de España. A través de una consulta a esta pionera base de datos se puede descubrir si un inquilino candidato tiene antecedentes de rentas impagadas en cualquier localización del país. "Se trata de una herramienta disuasoria que permite esquivar a los morosos", subraya Caraballo.
· Pedir documentación. Otra cuestión a tener en cuenta es solicitar al potencial inquilino que acredite su solvencia y examinar bien dicha documentación. "La ilusión por entrar al piso lleva a muchos aspirantes a hacer cálculos desvirtuados de su economía", dice Caraballo. "Es fácil modificar esa documentación", advierte.
· Estudiar viabilidad. En el análisis a hacer del candidato, el casero no puede quedarse en la solvencia; también debe tratar de analizar la viabilidad. Para ello, es recomendable la comprobación de comportamientos de pago. Una buena forma de hacerlo, si resulta factible, sería pedir, por ejemplo, referencias a arrendadores anteriores.
· Plegarse a la ley. El contrato debe estar sujeto a la Ley de Arrendamientos Urbanos (LAU). "En caso contrario", recuerdan desde Alquiler Seguro, "lejos de proteger al arrendador, si tuviese que acudir a los tribunales, puede perjudicarle". Contar con un buen asesoramiento supone dejar bien definidas las cláusulas contractuales y prevenir contratiempos de cualquier tipo.
· Correcta identificación. Todos los inquilinos deben aparecer en el contrato para poder reclamarles una posible deuda en el futuro. Además, otra situación que se elude con la total identificación es la posibilidad de los subarriendos.
· Adecuación del inmueble. El buen estado de un inmueble es clave. "Las averías constantes pueden derivar en impagos", advierte Caraballo. Por ello, hacer las reparaciones necesarias, mantener limpia y ordenada la casa y tener dados de alta los suministros se consideran cuestiones fundamentales.
· Domiciliación de suministros. Una correcta gestión de los cambios de titularidad en los recibos evitará problemas. Si el inquilino deja de pagar, mantener los suministros a nombre del casero puede acarrearle una deuda ajena. "Por ello", explica Caraballo, "lo mejor es que el arrendatario pase a ser el titular de los suministros cuando pase a ocupar la vivienda".
· No aceptar renta como fianza. Es habitual que el inquilino pretenda dejar la fianza como pago del último mes del alquiler. "Este depósito se entrega para cubrir posibles desperfectos y no debe tratarse como una forma de pago", sentencia Caraballo, quien hace alusión a la normativa vigente.
No hay comentarios:
Publicar un comentario