Son los futuros restauradores del patrimonio cultural de La Paz. Alrededor de 50 jóvenes integran la escuela taller La Paz, impulsada por el gobierno municipal, donde reviven las técnicas tradicionales de restauración con el lema "aprender haciendo”.
Tienen entre 16 y 25 años, y son en su mayoría hombres: ellos representan el 60% frente al 40% de las mujeres. Todos cumplen los requisitos para ingresar en el taller: estar desempleado o fuera del sistema educativo, por tanto, en situación de riesgo social.
Tanto alumnos como profesores valoran los resultados de la experiencia con bastante optimismo. Madai Areli Oquelí tiene 18 años y lleva un año inscrita en el taller La Paz: "Estoy muy tranquila aquí, los compañeros son muy buenos y trabajamos en equipo. Es como si tuviera una segunda familia”, dice.
Es consciente de que se trata de un trabajo más extendido entre chicos, pero asegura que eso no supone ningún problema para ella porque "siempre me han gustado los trabajos técnicos”.
Antes trabajaba en una empresa de instalación de gas, "de la que me fui porque tenía problemas con mi jefe”, cuenta. Tiene la esperanza de continuar en la restauración cuando termine el taller, el próximo año.
Los alumnos coinciden en que tienen muy buenos profesores, "nos entienden y nos ayudan en todo”, afirma Oquelí. Agar Sarai Oquendo, de 24 años, está convencida de que el taller "nos abre las puertas para hartas cosas”. Ella fue alumna en la anterior promoción y le encantó participar porque "desde chica me gustaba mucho dibujar”. Ahora sigue trabajando como restauradora en obras independientes.
Uno de los objetivos de este proyecto, financiado a través de un programa de la cooperación española, es insertar a sus integrantes en la vida laboral. Marcelino Osco, responsable académico de la escuela, señala que "el 40% se queda trabajando en el gobierno municipal, tanto en restauración como en otros oficios relacionados”.
Por esta razón, de los dos años de formación, el 80% del tiempo está destinado al trabajo práctico. Suciano Tangara, profesor de albañilería, destaca que "lo más interesante es la intervención que realizan en obras reales”.
El Palacio Consistorial
Desde julio del año pasado se encargan de las obras de restauración del Palacio Consistorial de la ciudad de La Paz. Se dividen por áreas de especialización: albañilería, carpintería, forja metálica, bienes muebles y talla en madera. "Estamos recuperando las técnicas tradicionales para respetar la originalidad del edificio ”, explica Tangara.
Se trata de una construcción estilo ecléctico francés del arquitecto paceño de renombre internacional Emilio Villanueva.
Israel Zabala, arquitecto que supervisa técnicamente las obras, explica que durante el proceso de restauración se hacen hallazgos interesantes para la historia. Por ejemplo, se pensaba que el edificio estaba construido con piedra vista, pero se ha descubierto que se utilizó la técnica de cal y canto. El piso del hall es otro descubrimiento con valor patrimonial, pues se colocó pieza a pieza.
Los jóvenes del taller tienen previsto acabar la restauración del Palacio Consistorial antes del 20 de enero. La siguiente obra será en la fachada de la escuela Brasil.
Enfoque de género
Prioridad El responsable académico del taller La Paz resalta que para el ingreso en el programa formativo se da preferencia a las solicitudes de las mujeres. "Nos parece importante incluir el enfoque de género”, dice.
Tres escuelas Es la tercera edición del taller en La Paz, que comenzó el año pasado y finaliza a principios del próximo. En el país hay tres proyectos de este tipo, uno en Sucre y otro en la región de la Chiquitania.
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