Dos mujeres fueron estafadas por una delincuente que logró sonsacarles 25.000 dólares, a cada una, por el anticrético de la misma casa. Las víctimas descubrieron después que la vivienda le pertenecía a otra persona. La Policía ya investiga este caso.
De acuerdo a documentos a los que accedió este diario, una mujer desconocida consiguió el carnet de Katia F.C.M. y lo alteró colocándole su propia fotografía, pero manteniendo los datos personales de Katia para que coincidieran con otros documentos como un poder notariado y fotocopias de carátulas de Derechos Reales, planos de regularización, folios y otros de un inmueble que está en la calle Paccieri 828.
Con todos estos documentos, la delincuente publicó un aviso en clasificados ofertando en anticrético una casa en la calle Paccieri, pero no en el número 828 sino en el número 495, por un monto de 25.000 dólares.
El 8 de junio, dos mujeres, una adulta mayor y una trabajadora social llamaron cada una por su lado al teléfono del aviso y acordaron una cita para ver el inmueble. Cada una relata que la casa estaba vacía y que un hombre de unos 26 años les abrió la puerta con un alambre alegando que la chapa estaba mal. El lugar les gustó por lo que acordaron firmar contrato. La delincuente que se hizo pasar por Katia les entregó fotocopias de los papeles de la vivienda, para que fueran a verificar que estaba libre de gravámenes en Derechos Reales. Las víctimas nunca se fijaron que los papeles no coincidían con el número de la vivienda que visitaron, sino que eran de otro inmueble en la misma calle, pero a unas cuadras del primero. Katia decía que la casa era de su hermano que vive en La Paz y que ella tenía un poder para darla en anticrético antes de viajar. Aceptó ir al abogado que las víctimas eligieran, suscribieron el contrato y acordó ir a protocolizar los documentos ante notarios, pero como éstos debían confirmar que el inmueble estaba notariado en La Paz y pedían tiempo para recibir la respuesta de la sede de Gobierno, Katia las presionó diciéndoles que tenía varios interesados y que necesitaba viajar, por lo que las víctimas le adelantaron el pago de los 25.000 dólares con el fin de asegurar el anticrético. Katia desapareció. Las víctimas constataron que la verdadera Katia es otra persona y que los papeles eran de otro inmueble. El que ellas querían tomar, le pertenece a un empresario que estaba ofertando el ambiente en alquiler y que no estaba enterado de que una criminal forzó la chapa de su propiedad para ofrecerla como si fuera suya.
Los vecinos
Las víctimas cometieron el error de no consultar a los vecinos a quién pertenecía la casa que les interesaba.
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