La nueva burguesía de El Alto, la Huyustus y la Kollasuyo afianza su riqueza y comienza a ser un poder económico en el país mediante la compra de terrenos y bienes inmuebles en la zona Sur con dinero en efectivo, de acuerdo con datos recogidos por la investigadora inglesa Kate MacLean.
MacLean, catedrática de Geografía Social en Birkbeck College de la Universidad de Londres, está en el país para realizar la investigación "Los nuevos millonarios de El Alto”, que busca estudiar a la nueva burguesía alteña y sus desplazamientos, tanto sociales como físicos.
La investigadora asegura que estos nuevos millonarios afianzan su riqueza mediante la compra de terrenos y bienes inmuebles en la zona Sur y emplean para esto dinero en efectivo, en desmedro de otras formas de pago.
"La compra de terrenos y bienes inmuebles se puede realizar fuera de los canales establecidos, por lo que puede evadir controles tributarios”, explica.
Para su investigación, la geógrafa social se entrevistó con agentes de bienes raíces, abogados y arquitectos, con el fin de entender las relaciones de los nuevos millonarios y los espacios que buscan ocupar.
"Los que dicen algunos agentes es que todos tienen una historia acerca de la manera como se relacionan con esta nueva burguesía”, afirmó.
Por ejemplo, citó la historia de una agente inmobiliaria que se alegraba al recibir a personas provenientes de la burguesía alteña, ya que éstas, con seguridad, concretarían la compra de la vivienda que buscaba vender.
Otro relato da cuenta de un negocio que no se cerró, ante la negativa del vendedor de recibir efectivo como pago por el inmueble.
"Llegó la familia que buscaba comprar la casa con una maleta enorme llena de billetes de dólares, pero la vendedora les dijo que no aceptaría efectivo y que el pago debía hacerse por transferencia bancaria; finalmente, el trato no se pudo concretar”, añade MacLean.
De acuerdo con la investigadora, hay desconfianza en el sistema financiero y fiscal de parte de esta nueva burguesía y por eso buscan la manera de evadir los controles que éstos imponen. "Después de la hiperinflación en los 80, hubo un desencanto y una sensación de desconfianza hacia los bancos y el fisco, por lo que esta población realiza sus negocios por otros canales”, señala.
Origen de la riqueza
MacLean sostiene que esta nueva burguesía ha obtenido su riqueza en base al comercio de diferentes tipos de mercadería y al trabajo artesanal. "Estas familias tienen generaciones formando su riqueza, por lo que tienen un conocimiento privilegiado de cómo funciona el mercado”, expresa.
La geógrafa social reconoce que muchas veces los negocios de estas familias rayan en la ilegalidad y en algunos casos no son nada transparentes. "En muchos casos se evaden impuestos o se importan productos de contrabando,
tanto hormiga como al mayoreo”, añade.
Esto, dice, puede observarse a simple vista, en negocios con humildes fachadas, pero muy bien equipados en el interior.
MacLean agrega que en otros casos los nuevos ricos se escudan en su origen y apariencia para poder evadir la normativa tributaria.
"A pesar de los volúmenes que manejan, se mantienen en regímenes tributarios simplificados, escudados en su supuesta humildad”, subraya.
MacLean: La nueva burguesía alteña tiene rostro de mujer
Según la catedrática de geografía social del Birkbeck College de la Universidad de Londres, Kate Maclean, la nueva burguesía surgida en El Alto, la Huyustus y la zona de Kollasuyo tiene rostro de mujer, ya que son ellas las administradoras de la riqueza de las familias.
"Las mujeres son las que autorizan las compras grandes, las que son dueñas de las casas y de los locales comerciales y quienes administran el dinero del hogar”, sostuvo.
La investigadora dijo que en el mundo la imagen de la mujer empoderada económicamente es la de una consumidora, más que la de una generadora y administradora de riqueza.
"En el mundo occidental, la mujer con dinero es la que compra zapatos, que va al centro comercial y visita cafés y restaurantes, mientras que en el caso de El Alto es la mujer quien lleva la batuta”, explicó.
Sin embargo, MacLean reconoce que este empoderamiento en el ámbito económico no repercute en lo social y familiar, aspectos en los cuales los hombres tienen preponderancia.
La experta explicó que estas interacciones se dan especialmente en el ámbito de la comunidad cercana.
"En la sociedad, una mujer soltera es una mujer sin valor en estos casos, una mujer que es un ser incompleto, mientras que una mujer casada es un elemento valioso dentro de las comunidades”, precisó.
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