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lunes, 3 de febrero de 2014
En Tarija, proliferan inmobiliarias y precios de inmuebles se disparan
“Están locos con los precios” es una afirmación que generaliza el sentir de los tarijeños ante la alarmante subida de precios de los bienes inmuebles en el departamento y es que adquirir un lote, una vivienda, un anticrético o hasta un alquiler “con costos tan elevados” hace difícil concebir la idea de que con ingresos honestos se logre ser propietario de una vivienda.
El fenómeno de la subida del precio al bien inmueble en Tarija viene manifestando un crecimiento exagerado hace poco más de cinco años, se especula sobre los motivos indicando que podría ser debido a la gran expectativa de riqueza en el departamento con su gas y sus regalías o se piensa que gente del interior del país, que llega en busca de oportunidades a un departamento pujante, invierte cuanto puede y más para hacerse de un terreno propio.
Sin embargo, para la gran mayoría de residentes locales esta manifestación de riqueza departamental no aumentó en nada los ingresos de sus bolsillos por lo que ante el fenómeno creciente de oferta y demanda ven disminuidas sus expectativas de llegar algún día a ser propietarios.
Aún resulta difícil acogerse a la facilidad de préstamo cuando los precios de inmuebles siguen siendo demasiado altos en Tarija, pese a la Ley de Bancos que ahora rige en toda entidad financiera con préstamos con una tasa de interés del 5,5 ó 6.5% como máximo para la vivienda social.
El círculo vicioso de la oferta y la demanda
“En la calle Cochabamba y Ballivian por un terreno de 110 metros cuadrados piden 200 mil dólares, me parece una barbaridad”, expresa una aspirante a adquirir su vivienda propia en Tarija, sorprendida de que se pida hasta 355 mil dólares por una casa de 250 metros cuadrados en la zona central y hasta 650 mil dólares por otra en una superficie mucho menor en la zona comercial de La Loma.
La situación genera malestar, pero más que todo desaliento y es que el alza de precios se manifiesta como un círculo vicioso donde el precio se determina por la venta anterior, si alguien paga 90 mil por un pequeño terreno otro pedirá 120 mil por un lote similar en la cercanía del primero; de esta forma se generan los precios.
El mercado inmobiliario, básicamente especulativo, se hace particular por el valor tan alto en Tarija. El abogado Manuel Mostajo, que desempeña su labor profesional en “Bienes Raíces Tarija”, indica que esta sobrevaloración en materia de inmuebles se debe también al desempeño de los agentes inmobiliarios que hacen subir los precios motivados por recibir mayor comisión.
“En estas situaciones intervienen aspectos poco éticos y codiciosos, la actividad inmobiliaria en Tarija no tiene control de la autoridad competente cuando hay varias instituciones que podrían contribuir a este esfuerzo, realizando actividad de carácter preventivo como el registro de comercio, municipio, impuestos nacionales e inclusive el Ministerio Público,” afirmó.
Sin embargo, el fenómeno de la subida de los precios no tiene vuelta atrás porque además no hay autoridad que determine el precio del mercado sobre todo porque éste se rige por el pago a lo que se pide, dejando a la gran mayoría de los tarijeños con la única esperanza de que deje de existir circulante en exceso en el mercado para que los precios bajen.
Las inmobiliarias son un factor no un determinante
Considerando el excesivo circulante en Tarija y el efecto inmobiliario de especulación se debe tomar en cuenta que el problema responde también a aspectos éticos de los agentes inmobiliarios que por contrato de venta reciben el tres por ciento del monto total como pago por ser intermediarios, aunque se sabe de casos en los que negocian su comisión ganando lo que puedan aumentar al precio ofertado por el vendedor.
En Tarija sólo en los alrededores del Palacio de Justicia y mercado Central existen al menos 45 inmobiliarias, sin tomar en cuenta a las dispersos en calles más alejadas del centro y a las muchas inmobiliarias que se concentran en la zona de la Loma y mercado Campesino, se puede calcular que existen más de cien negocios inmobiliarios en la ciudad, además son varios los que se crean y trabajan exclusivamente en las redes sociales.
El registro comercial es un requisito que debería abalar a todas las inmobiliarias en Tarija, con ello tendríamos a cabalidad un número de cuántas existen en el departamento; sin embargo en Fundempresa, concesionaria del registro de comercio de Bolivia, sólo 29 de todas las que se dedican a la actividad comercial con fines de lucro, están actualizadas y debidamente registradas, número muy menor a las 49 que se encuentran prestando servicio sólo en el centro urbano.
“El registro comercial es obligatorio y debería abalar a todas las inmobiliarias en el departamento”, asegura María del Carmen Bass Werner, jefe de oficina de Fundempresa Tarija, explicó además que no tienen competencia para exigir ese registro ya que desempeñan funciones bajo el principio de rogación; es decir que registran a pedido viendo que se cumplan con los requisitos, por lo que la parte normativa y fiscalizadora la mantiene el Estado.
Mostajo aclaró que no se trata de emitir críticas ni juicios de valor, sino conceptos, sugerencias y recomendaciones para la gente que hace actividad de compra y venta de terrenos con el objetivo de que realicen su trabajo conscientes de sus obligaciones, verificando que los títulos de propiedad estén en orden y se pueda realizar la compra con contratos y registros correspondientes, pero además haciendo los avalúos profesionales para tener una idea base sobre los precios.
“Es un tema sensible pues este tipo de obligaciones y garantías no se dan en la práctica, son personas que se manejan sólo con una cierta habilidad de mercadeo, la función esencial está determinada por la ley; pues el Código de Comercio en el artículo 96 obliga a cumplir requisitos, deberes y obligaciones como proponer negocios con claridad absteniéndose de hacer ofertas falsas que puedan inducir a error en los interesados”.
Con ello esta actividad comercial debe contar con registro de comercio, matrícula del gobierno municipal y el registro tributario. Si bien existen corredores de bienes raíces que tienen experiencia, son reconocidos y muestran confianza, estos son los menos porque en la ciudad se venden y ofrece de todo en todas partes, lamentó Mostajo.
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