El eslogan “la república independiente de tu casa” adquiere ahora un nuevo significado en el East End de Londres. La corporación multinacional Inter Ikea está construyendo un nuevo barrio en esta zona antaño desaliñada de la capital británica. Se llamará “Strand East” y ocupará una superficie de 11 hectáreas llena de canales con casas-barco hippies. Un paraíso para peatones y ciclistas.
Ikea es una corporación multinacional holandesa de origen sueco dedicada a la venta minorista de muebles y objetos para el hogar y decoración, a bajo precio y diseño contemporáneo.
Allí donde hasta ahora había un yermo y feo terreno industrial, medio kilómetro al sur del Olympiapark, habrá 1.200 nuevas viviendas, oficinas para el sector creativo, restaurantes y negocios. Lo que no habrá en este millonario proyecto es una tienda Ikea, aseguran los responsables.
“Strand East” forma parte del boom de la construcción en la zona este de Londres que comenzó en 2005, cuando se anunció que la ciudad albergaría los Juegos Olímpicos. Según “The Guardian”, el número de viviendas aumentará en un 80 por ciento con respecto a las que había entonces.
Sólo en el Olympiapark, en Strandford, se construirán 11.000 viviendas después de los Juegos, y otras miles más fuera del complejo. No obstante, el East End no ha podido seguir el ritmo de los aumentos del precio de la vivienda en el resto de Londres, que en este aspecto es una de las ciudades más caras del mundo.
La corporación Inter Ikea sólo está ligeramente vinculada al gigante del mobiliario barato. Tampoco está relacionado con las casas prefabricadas de Ikea. “Pero compartimos los valores de Ikea: responsabilidad social, buena calidad con unos costes lo más reducidos posible, sostenibilidad y un diseño inteligente”, dice el director del proyecto para Reino Unido, Andrew Cobden.
El director gerente del departamento inmobiliario de Inter Ikea, Harald Müller, añade que no sólo producen “para los superricos, sino para la clase media, para las familias, según las necesidades de la gente”. “No queremos edificios altos, porque nos parecen inhumanos”. Londres es el quinto proyecto de este tipo en Europa, “y sin duda el más sexy”, afirma Müller.
Con todo, algunos dueños de las casas-barco de la zona se muestran escépticos ante este “Strand East”. Temen que los alquileres en ascenso les afecten también a ellos. “Es una pena por los empleos en la industria que había”, dice Roger, de 57 años. Aunque muchos de los residentes en la zona no se han enterado aún de lo que está por venir.
El comienzo de las obras está previsto para 2013, pero hasta el momento, aparte de unas oficinas provisionales sólo hay una torre de madera. “Tengo ganas de que vengan más familias”, dice por su parte Maggie, de 30 años. “Lo importante es el entretenimiento. Esto sólo puede ser más bonito”.
El 40% de las viviendas están destinadas a las familias. Los vehículos quedarán ocultos en parkings subterráneos e Inter Ikea promoverá la construcción de escuelas en los alrededores y de un Community-Center. “Y lo ideal sería que no hubiera delincuencia”, añade Müller. Se buscan creativos, especialmente diseñadores o profesionales del sector de los medios. Y es que el East End es cada vez más “trendy”.
La construcción de edificios de entre tres y cinco pisos y la rehabilitación de antiguas industrias, como una vieja fábrica azucarera, se realizará en varias fases.
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