Con la esperanza de destapar las artimañas que utilizan los avasalladores y traficantes de tierras durante una toma ilegal, las víctimas de este delito compartieron en las redes sociales el modo en que operan los promotores de este delito tanto en el área urbana como en el área rural.
El contenido de este detalle se está haciendo viral a través de Facebook, de Twitter y de Youtube, pues señala exactamente lo que pasa durante el proceso del delito.
Avasallamiento urbano
Según esa publicación se divisa que el primer paso para el delito consiste en que el cabecilla envía a un grupo de personas a ocupar el terreno; luego el líder de la toma o un testaferro indica al dueño que conoce a los ocupantes y pide dinero para retirarlos del sector.
En el caso de que el propietario se niegue a cancelar, el predio es vendido a un tercero con ayuda de documentación fraguada o duplicada y luego es parcelado y vendido a los ocupantes en terrenos pequeños a través de cómodas cuotas.
Cuando el propietario se entera inicia procesos legales mientras que los ocupantes amurallan y edifican en el lugar.
Violencia
En la mayoría de los casos los propietarios son agredidos por los ocupantes víctimas de la estafa.
“Como un mecanismo de defensa, los cabecillas de este delito utilizan a las mujeres y a los niños para evitar que se produzca cualquier desalojo”, aseveró Alberto Gómez, dirigente de los afectados.
Del mismo modo, las víctimas aseguran que las consecuencias para el propietario abarcan varios ámbitos de su entorno social.
“El proceso legal en sí demanda mucho dinero, uno no encuentra paz ni tranquilidad. Las familias se descapitalizan y como consecuencia muchos hogares son destruidos y perjudicados”, aseguró Renan Troche, otro afectado del delito.
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