Durante muchos años se priorizó el crecimiento horizontal de la ciudad, bajo el argumento de que el terreno arenoso no era ideal para construir edificios de altura. Hasta principios de los '90, el edificio Santa Cruz, el Banco Nacional de Bolivia y una sede de YPFB en la calle Cochabamba eran la excepción.
El carácter colonial del centro era replicado a través de los anillos con que crecía la ciudad.
Las urbanizaciones eran pensadas en sentido horizontal, por eso la mancha urbana se extendió como si fuera una ciudad de muchos más habitantes de los que tiene.
El Palacio de Justicia
A principios de los '90, el Palacio de Justicia, con sus 22 pisos, desmitificó aquello de que en Santa Cruz no se podía construir en altura. Entonces empezó un pequeño auge de construcciones elevadas, principalmente en las zonas aledañas al Parque Urbano y la avenida Las Américas.
Muy cerca de allí, ya en el inicio nuevo siglo, las Torres Cainco marcaron un sello de la Santa Cruz productiva, "la locomotora del desarrollo" y el liderazgo económico nacional.
El 'boom' inmobiliario
Sin embargo, el gran auge de la construcción empezó en los últimos cinco años. El ingreso de capitales de distinta índole (muchos de origen cuestionable) en medio de una crisis política y económica, sumado a la gran diáspora boliviana hacia el primer mundo, motivó un "boom" inmobiliario, al punto que se estima que este año culminará con 100 nuevos edificios en la ciudad, según datos del Colegio de Arquitectos.
La zona norte, justo la principal puerta de entrada a la ciudad, es la más atractiva, pues ocupa el 45% de los nuevos emprendimientos inmobiliarios de Santa Cruz de la Sierra. Como sea, este auge ha hecho que la vista sobre Santa Cruz cambie y se eleve un poco hacia el cielo.
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