Se alzan orgullosos sobre los demás edificios y exhiben sus intrincados diseños, inspirados muchos en cuentos de hadas y algunos con opulentos jardines colgantes que se ven a cientos de metros.
El arquitecto Randolph Cárdenas los llama "cholets”; son casas de lujo independientes, construidas en los últimos pisos de edificios en El Alto y que ahora proliferan en otras ciudades, allí donde se registra una gran migración del occidente, como en Cobija y Trinidad, en Pando y Beni, respectivamente.
El vicepresidente del Colegio Departamental de Arquitectos de Beni, Samuel Méndez, señala que esta tendencia es cada vez más común, lo que deriva incluso en que los propietarios y constructores de estos edificios importen materias primas que no hay en la región.
"Un caso muy claro es el de la piedra laja, inexistente en Beni, pero que es trasladada para la decoración de estos edificios”, explica.
La fusión de estilos y materiales también está presente, según el arquitecto Limbert Menacho, ejecutivo del ente colegiado en Pando. "Cobija es una ciudad 20% aymara y no es un fenómeno nuevo, lo que ha generado que exista una mezcla entre los estilos y el uso de materiales nativos como la jatata y la madera”, señaló el arquitecto.
"La construcción de este tipo de viviendas nació como una forma de mostrar el poder económico de las familias que las mandan a construir, una manera de distinguirse del resto”, afirma el presidente del Comité Ejecutivo Nacional del Colegio de Arquitectos de Bolivia (CENA-CAB), Gonzalo García.
En este tipo de edificaciones pasa lo mismo que en las fiestas populares, "en las que cada comparsa, cada fraternidad, debe ser más impresionante que otra, más brillante, más sonora”, añade.
Edificios funcionales
De acuerdo con el arquitecto Randolph Cárdenas, estos edificios están construidos de manera que se pueda aprovechar las primeras plantas para comercios o locales de fiestas, mientras que en los superiores se instalan departamentos, hasta llegar al chalet, decorado con esmero.
Su costo, en relación con el diseño y materiales, puede superar el millón de dólares.
El presidente del CENA-CAB añade que este estilo maximiza la funcionalidad del edificio al separar las áreas, pero explica que la construcción del chalet en la planta alta sirve también para "traer a la Pachamama al cielo”.
"Al celebrar sus fiestas, los dueños pueden derramar su trago en la terraza, como extensión de la Madre Tierra”, afirma.
Los edificios como muestra de opulencia
Decoración En la decoración y obra fina de los edificios y de los chalets, se emplean elementos exclusivos, como vidrios polarizados, techos americanos, además de pintura de colores muy vivos.
Motivos En la decoración se suele retratar intrincados motivos como vírgenes o animales u otros más caprichosos como el diseño de un aguayo.
Costos En relación con los materiales, la altura o lo complicado de la construcción, los edificios pueden llegar a costar desde 280 mil hasta 1,5 millones de dolares.
Diseño alteño va a más regiones
El vocal del Comité Ejecutivo Nacional del Colegio de Arquitectos de Bolivia (CENA-CAB), Royo Aramayo, señala que la arquitectura de El Alto se expande por el país debido a la migración de su gente.
"Estamos viendo una expansión; sin embargo, ésta debe ir acompañada de una adaptación a otros materiales y al entorno”, manifiesta el profesional.
De acuerdo con su apreciación, en algunas zonas de El Alto, la proliferación de estos edificios es acompañada por el establecimiento de áreas verdes. "Si tienes una casa bonita, también quieres un barrio bonito”, añade.
Un estilo que se puede exportar
Según el presidente del Comité Ejecutivo Nacional del Colegio de Arquitectos de Bolivia, Gonzalo García, un chalet sobre un edificio es algo que podría comenzar a aparecer en casas de los inmigrantes bolivianos en países como España, Brasil, Estados Unidos y Argentina.
"Éste es un estilo que no se ve en otras partes del mundo y no hay duda de que podría expandirse fuera del país al mejorar las condiciones de los migrantes”, señala.
Los propietarios de estos inmuebles en El Alto, Beni y Pando compiten por presentar los diseños más suntuosos que sus vecinos.
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