Los horarios tope de ingreso y de consumo de agua y de energía, las restricciones en los patios y de los tendederos de ropa son algunas de las dificultades que afrontan los inquilinos en el país, sostiene Aniceto Hinojosa, secretario ejecutivo del Comité de Defensa al Inquilino Nacional.
El dirigente, que radica en Cochabamba, dice que en el país no hay una entidad que vele por la habitabilidad de las viviendas ni que regule el costo de la renta. “Hay viviendas que alquilan a diez inquilinos y para todos hay un solo baño. Es inaudito”, afirmó.
Entre los problemas que deben sortear los inquilinos está el uso de los patios, según el dirigente, porque en muchas casos los dueños no quieren que hagan pasar a ese sector a sus visitas; además, no se les permite ocupar ese espacio.
“El inquilino tiene que meter todas las cosas que tiene en el interior de su dormitorio, lo cual es insólito, inhumano”, asegura.
En el caso del consumo de energía eléctrica, las restricciones están en que los arrendadores “ponen horario para el uso”, además que imponen qué artículo eléctrico pueden utilizar y cuándo.
El dirigente explicó que hay casos en que al inquilino se le raciona el consumo de agua potable y que los dueños de casa “siempre hacen cortes del sistema de agua”.
Al hablar de los “horarios tope”, menciona: “Creen que por ser propietarios tienen la facultad para determinar que a partir de las 22:00 no se puede entrar, cuando a veces los inquilinos hacen horas extra o tienen trabajos nocturnos”.
La dirigenta paceña Ángela Céspedes concuerda y sostiene que “desgraciadamente los inquilinos no tienen dónde quejarse”. Es por eso que entre varios de ellos crearon la Asociación General de Inquilinos.
No obstante, la dirigente señala que, cuando un arrendatario atraviesa por un problema, acude a la entidad, pero una vez que le dan una solución ya no la apoya y no vuelve más.
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