Sociedad de Ingenieros rechaza que El Alcázar esté inclinado

La Sociedad de Ingenieros de Bolivia (SIB) filial La Paz rechazó ayer que el edificio El Alcázar se haya inclinado, como aseguró el abogado Franklin Gutiérrez a nombre de algunos de los afectados.

Una de las columnas del edificio -ubicado en la calle Federico Zuazo, a una cuadra de El Prado paceño- colapsó a mediados de noviembre pasado. Los 174 copropietarios y vendedores de medio centenar de comercios evacuaron el predio e incluso la Alcaldía de La Paz prohibió la circulación vehicular por el lugar.

Tras este hecho, la constructora Sadeco SA inició los trabajos de reparación de 18 pilares en tres de los cinco subsuelos.

Gutiérrez denunció el lunes en radio Fides que el edificio se había inclinado. “La torre Córdova, en seis segundos de medición (se) ha detectado una inclinación de 30 centímetros hacia el lado del edificio de ENTEL. La torre Granada, con una medición de 12 segundos, ha demostrado una inclinación de 50 centímetros hacia el sur”, explicó.

Marcelo Badani, presidente de la SIB, negó que exista tal inclinación. “Se estabilizó la estructura y se descargó la carga viva (las personas). Al contrario de haberse inclinado, se alineó unos milímetros”, aseguró.

El Alcázar tiene 174 departamentos y los copropietarios superan las 200 familias. “Gutiérrez, por la información que recogimos en la Fiscalía, es abogado de ocho copropietarios. Por lo tanto, mal puede atribuirse la representación”, declaró Javier Guachalla, uno de los afectados.

Anunció que si Gutiérrez continúa con esas declaraciones, le seguirán un proceso civil porque puede afectar el trabajo de reparación del edificio.



Trabajos

Los copropietarios tienen que elegir a un estructuralista, de una lista que Badani les dio ayer, para que se encargue del relevamiento integral del edificio, lo que permitirá conocer si la estructura es rehabitable o necesita otras reparaciones que deberán ser hechas por la constructora.

La constructora ya trabajó en seis de los 18 pilares que deben ser reforzados en tres niveles distintos. El trabajo implica colocar planchas de acero a 20 centímetros de distancia de los pilares. En medio se ponen varas de acero unidas con un pegamento llamado grouting.

“El laboratorio dijo que el grouting pasó los 300 kilogramos de resistencia por centímetro cuadrado. El hormigón del pilar era de 210; por lo tanto, ya reemplazó al pilar dañado con una resistencia superior a la anterior”, aseguró Badani.