domingo, 15 de julio de 2012

Crónica de un crack inmobiliario Parte III (final)


“Debido al crecimiento descontrolado que está generando el negocio de la construcción, en un par de años llegaremos a lo que comúnmente denominamos un crack inmobiliario pues se alcanzará el máximo nivel de crecimiento y el máximo nivel de precios, lo cual desencadenará un efecto inflacionario a nivel nacional y afectará directamente las tasas de interés.

En ese momento, observaremos que nuestro crecimiento se basó únicamente en la especulación, saldremos del espejismo en el que vivíamos y desarrollaremos nuevos comportamientos que eviten hacer gastos innecesarios, fomentando el ahorro y reduciendo el flujo de dinero, lo cual disipará el efecto de bonanza. Las empresas que participaron de este circuito inmobiliario tendrán que reducir personal o cerrar, lo cual hará que el desempleo ingrese en niveles más elevados y se genere un efecto rebote, donde todo lo que sube tiene que bajar, existirán miles de personas en situación complicada, ya que será muy difícil desarrollar otra actividad que soporte todo este recurso humano. Por lo tanto, existirá un cambio social importante y aceptaremos que nuestro nivel de vida tendrá que reducirse. ¿Esto qué quiere decir?, que la clase media que actualmente ha ido escalando peldaños gracias al impulso inmobiliario deberá situarse nuevamente en niveles bajos haciendo que los estratos sociales sean más diferenciados entre los pobres y los ricos.

Si esta situación no se controla a tiempo con políticas de gobierno es posible que se desencadene una recesión económica a nivel nacional.

En ese momento crítico, inevitablemente la demanda de viviendas se verá aplacada, no habrá compradores y los precios irán disminuyendo progresivamente hasta llegar a los mínimos; todo este ciclo de efectos que se inician con una mala gestión financiera, hará que la economía pierda liquidez y solvencia, por lo tanto habrá mayor desempleo y los pequeños emprendedores no contarán con facilidades de financiamiento, ya que las entidades bancarias cerrarán el grifo a todo tipo de créditos y se parará el motor de la economía.

En resumen, los grandes perjudicados serán las familias que con tantas ansias compraron una vivienda como medio de revalorizar su inversión a futuro, pero verán que valdrá menos de lo que pagaron ayer”.


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